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Mostrando entradas de abril, 2006

Ap V. Mestizaje / Mestizajea

En el curso de Franck Noël conocí a un aikidoka de Baiona que lleva 20 años viviendo en Pamplona. Me dijo que en julio iba a abrir un dojo, un lugar de encuentro de los aikidokas de Navarra y de las provincias de alrededor. Por lo visto, como en otros muchos sitios, también en Navarra está un poco revuelto el mundo del aikido. Y aquel agradable hombre, cansado de la situación, ha elegido el camino de la armonía. Estuvimos hablando sobre eso. Es una palabra que está en boca de todo aikidoka. Si contáramos las veces que se pronuncia en un dojo en una semana, nos sorprenderíamos. Pero a eso se limita esa supuesta armonía, pues percibimos lo contrario al hablar con la gente: un profesor prohibe a sus alumnos acudir a las clases de otros, los de una federación o asociación no tienen en cuenta a las demás… Siento una gran lástima, y me da miedo que esa gran contradicción se nos trague. En Francia, por lo visto, se han unido. Aquí, por el momento, parece imposible. De cualquier modo, como int

Ap IV. Una pequeña reflexion / Hausnarketa txiki bat

Ayer, sin darme cuenta, terminé tarde la clase; exactamente, quince minutos tarde. En el último momento, se abrió la puerta y apareció la cara de Manolo. Hace labores de mantenimiento en el polideportivo; por las noches, limpia los vestuarios cuando acaban las actividades. No sabía que también hubiera clase de aikido los viernes y se había sorprendido al ver ropa en nuestro vestuario. Le dije que acabaríamos enseguida y, cuando cerró la puerta, dije en broma: “éste no tiene ganas de trabajar”. La mayoría conoce a Manolo y creí que todos habían entendido mi broma. Acabé la clase, nos duchamos y salí del vestuario con uno de los alumnos nuevos. Vimos a Manolo en un vestuario y me acerqué a disculparme por terminar tarde. Él dijo que no pasaba nada, que había abierto la puerta del dojo para asegurarse de que estábamos allí, no para darnos prisa. Sin embargo, le pedí perdón y le dije que en adelante saldríamos del dojo a las nueve en punto. El alumno nuevo me estaba esperando. Llegué hasta

Ap III. FRANCK NOEL (y siguiente semana/eta hurrengo astea)

Cuatro días sin poder conectarme a Internet, aunque lo hemos podido arreglar por fin. Afortunadamente, no soy un cyberadicto y, si no fuera por las ganas que tengo de escribir este blog, estaría de lo más tranquilo desconectado. Ayer di clase de aikido en Zarautz. La idea del curso gratuito de iniciación ha sido buena idea: se han apuntado cinco. Habrá que ver si siguen. Ganas ya ponen, por lo menos. Lo único realmente necesario para hacer aikido ez la paciencia, y eso no se vende en ningún sitio: es una flor que florece despacio y hay que cuidarla para hacer cualquier actividad y, en especial, para hacer aikido. De esos cinco alumnos nuevos, cuatro llevan todo el mes en el dojo. El quinto empezó ayer mismo. Mientras los demás trabajaban las técnicas, él tenía que aprender los movimientos básicos y a hacer las caídas. Me di cuenta de que se detenía a menudo para mirar a los compañeros. Al final de la clase, le pregunté por sus impresiones. Y me dijo que tenía treinta y dos años (“ya te

Ap II.

Dicen que los hombres tienen un pensamiento sobre sexo cada diez segundos. Me parece demasiado, pero posible, porque yo los tengo sobre aikido. Todo lo que veo, oigo o siento (o casi todo) lo analizo bajo la perspectiva de aikido. Por ejemplo, anteayer, 12 de abril, en el suplemento deportivo de un periódico guipuzcoano, aparecía la entrevista a un joven judoka que acaba de ganar el Campeonato de España en su categoria. Cuando le preguntaron por su mayor virtud, respondió lo siguiente: “soy muy fuerte y en judo con la fuerza mueves al contrario, y con la técnica lo derribas”. Enseguida pensé que estaba equivocado. Pero no es culpa suya pensar de esa manera; quizá, como en judo y otras muchas artes marciales hay que demostrar mediante campeonatos y combates quién es el mejor, no se les enseña adecuadamente a los jóvenes. ¿Cómo resolverá todo ese campeón de España? Con fuerza y técnica; por lo menos, hasta que se de cuenta de que algún día esa fuerza desaparecerá, y la fuerza no dura par

Ap I.

Hoy inauguro este blog o diario y, para empezar, quiero dar la bienvenida a todos aquellos que hayan entrado, queriendo o por casualidad. Doy clases de aikido en Zarautz (Gipuzkoa) a un pequeño pero fiel grupo de alumnos. Además, sigo aprendiendo en el Aikido Club Amagoia de San Sebastián; de hecho, la formación continua también es muy necesaria en los dojos Tengo que reconocer que la mayoría de mis pensamientos del día giran en torno al aikido: cómo mejorar tal movimiento, cómo enseñar tal técnica, cuánto cambiaría el comportamiento y la actitud de cualquier persona si practicara aikido… No sé si es bueno o no, pero no me importa, porque mi vida y, sobre todo, mi vida interior ha cambiado muchísimo desde que empecé a hacer aikido hace doce años. Gracias a aikido, porque intento utilizar en mi vida cotidiana los mecanismos que aikido pone a mi disposición para resolver conflictos sin usar la fuerza ni la violencia (vamos, sin enfadarme y dejar que eso me domine), soy una persona mejor,